lunes, 19 de septiembre de 2011

Mens sana in corpore sano. Factores del aprendizaje

El aprendizaje ayuda a las personas a vivir su vida de forma más eficiente, y  conlleva desde el punto de vista fisiológico cambios en la estructura cerebral que son fruto de la interacción del ambiente con la genética particular del individuo. Aprendemos según somos (nuestra genética) y según el medio ambiente (cómo nos influye el exterior) Para que el aprendizaje se produzca es necesario combinar varios factores: una estimulación ambiental adecuada a la edad del sujeto, atención, regulación de las emociones y ambiente emocional idóneo, sueño adecuado y el tandem alimentación-ejercicio físico.

1.      Estimulación ambiental adecuada.
Los aprendizajes se producen ya desde el vientre materno pues, de hecho, los aprendizajes de luces y sombras, sabores, sonidos, olores... son recordados por el bebé al nacer, por lo que es fundamental la educación de las madres en su auto cuidado e higiene, vigilando su correcta nutrición, el nivel de hormonas, el consumo de sustancias psicoactivas, su nivel de estrés y su estilo general de vida. Una vez que el niño ha nacido, la estimulación ambiental más positiva para aprender proviene de las relaciones y juegos que el bebé establezca con los demás, aprendiendo el bebé modelos adecuados de desarrollo (habilidades motoras, atribución de intenciones en los demás, empatía, imitación...) de las personas de su entorno. La influencia de la televisión, videojuegos e Internet debe parcelarse y regularse para que se asiente sobre una base sólida de interacciones reales porque el mundo virtual se caracteriza por su pobreza en comparación con el real.
Para la promoción del aprendizaje en la infancia, el niño necesita relaciones sociales, oportunidades de juego e interacción con adultos e iguales, así como un clima familiar positivo, donde el niño es tenido en cuenta y escuchado. La aceptación de la diversidad en la vida (hay altos, bajos, negros, blancos...), la costumbre de proceder de lo simple a lo complejo (explicar las cosas poco a poco al niño), el entrenamiento en recibir instrucciones específicas (enseñar al niño a atarse los cordones, quitarse y guardar el abrigo...) y estrategias de recuerdo y repetición (canciones, nombres, números...), son actuaciones que pueden llevar a cabo padres y profesores.

2.      Atención.
El aprendizaje sólo se produce si las neuronas están activas y realizan sinapsis, es decir, si se comunican entre ellas.  Esta capacidad de comunicación neuronal es la base del aprendizaje, y sus infinitas oportunidades, la plasticidad cerebral, hace del cerebro un sistema en continuo cambio y desarrollo (podemos aprender un número casi infinito de cosas) Así, cada vez que se produce un aprendizaje particular se ha creado una ruta eficiente de comunicación entre neuronas.
En este contexto, la atención se define como el grado de activación presentado en un momento dado por un grupo de neuronas, que, a nivel general va fluctuando, pero, en general la atención no debe ser ni demasiado baja, ni demasiado alta (alerta de peligro) para poder aprender. Por otra parte, la atención selectiva, ligada a una red neuronal concreta, depende del interés de la persona, lo cual proviene tanto de los estímulos que ha recibido como de las metas personales del sujeto (ej. me interesa la moda y veo un desfile = presto atención)
Por lo tanto, es fundamental evitar el estrés intenso y el miedo pues provocan bloqueo mental, porque deterioran patrones abiertos y el pensamiento libre, son negativos para la memoria, y, si se perpetúan en el tiempo, deterioran incluso las neuronas del hipocampo. Pero sí es positivo conseguir un nivel de alerta propicio para el aprendizaje aunque esto es en ocasiones  complicado porque el currículo dista mucho de los intereses de los niños, y aún más de los adolescentes; para solventar este problema es muy efectivo explicar por qué es bueno o necesario aprender ciertas cosas así como intentar conectar el aprendizaje formal e informal, tratando temas del interés de los alumnos en el aula.


3.      Emociones.
Las emociones placenteras o desagradables se asocian a un determinado suceso cerebral, teniendo esto consecuencias claras en el aprendizaje pues se aprende aquello que tiene consecuencias positivas para el individuo. Dicho aprendizaje se explica por la liberación de dopamina en el córtex frontal y de neuropéptidos en los ganglios basales, que funcionan como una droga que proporciona claridad de pensamiento y sensación de bienestar. Por este proceso se refuerzan las sinapsis entre neuronas cuando las consecuencias son positivas, y también pueden reforzarse sinapsis cuando evitamos consecuencias negativas, pero el aprendizaje es mayor si la recompensa positiva supera la expectativa. Es decir, aprobar exámenes refuerza más el aprendizaje que suspenderlos.
Para potenciar el aprendizaje se ha de trabajar estimulando las neuronas que se relacionan con la gratificación: proporcionar al alumno y al hijo estímulos agradables (como premiar verbalmente los aciertos antes que castigar los fallos),  proporcionar reconocimiento y aprobación (potenciando el sentido de grupo, aceptando al alumno/hijo como es, etc.) y proporcionar situaciones para experimentar el fenómeno eureka (dar sentido a la información que se recibe en un patrón ya existente proporciona agrado) por lo que es importante apoyarse en lo que ya conoce el alumno para avanzar en el aprendizaje, pedirle cosas que es capaz de hacer e ir avanzando lentamente hacia tareas más complejas.
También es muy importante educar para la autorregulación de emociones. Nos referimos en concreto al entrenamiento en saber demorar la gratificación y afrontar la frustración y el estrés, relacionados ambos con el rendimiento académico y la capacidad de concentración y perseverancia (por ejemplo educar a los hijos a no tener lo que desean siempre de forma totalmente inmediata es bueno, educar en saber esperar, en esforzarse por conseguir el premio, en no enfadarse cuando los planes no salen como ellos quieren...) Además, una escala de valores clara se puede ir conformando en la adolescencia, no antes, pues los valores se relacionan con las neuronas del córtex prefrontal que se desarrolla más tardíamente que otras partes del cerebro. Sólo a partir de la adolescencia se pueden establecer valores cada vez más abstractos y relacionados con la postergación de la gratificación (como el placer experimentado con la solidaridad, en ayudar a un amigo, en cuidar a los abuelos, etc)
Una escala de valores positiva y adaptativa es una buena baza para el aprendizaje si se liga con  la motivación o predisposición a la acción resultante de una emoción. Es decir, apreciar el conocimiento, el aprendizaje, es un buen impulso para conseguirlo.

4.      Sueño.
El sueño es un estado específico del cerebro caracterizado por la inhibición de los sistemas de alerta, siendo fundamental para la restauración de las funciones corticales, para el bienestar y en definitiva para la vida. El tradicional dicho “consultarlo con la almohada” se hace realidad porque el sueño ayuda a consolidar aprendizajes y reorganizarlos en los esquemas previos, revalorarlos emocionalmente, producir aprendizajes nuevos y su integración en el sistema global. Sin las horas de sueño adecuadas a las necesidades de cada edad, decaen mucho las posibilidades de aprendizaje.

5.      Alimentación y ejercicio físico.
El cerebro, como el resto del cuerpo, necesita oxígeno, agua y nutrientes para su desarrollo y supervivencia. El ejercicio físico y el deporte mejoran la salud y calidad de vida, aportando una serie de beneficios a nivel físico, psíquico y socioafectivo. Desde el punto de vista físico destaca la prevención de enfermedades coronarias y la eficacia respiratoria, favoreciendo la respiración; desde el punto de vista psíquico elimina el estrés, tiene efectos antidepresivos y contribuye a regular el sueño, y, socialmente canaliza la agresividad, favorece y mejora la autoestima, el esfuerzo y el autocontrol, así como propicia el contacto con otras personas. En definitiva, el deporte favorece la atención y los mecanismos de recompensa, tan importantes para el aprendizaje
En cuanto a la alimentación, una dieta equilibrada es la que aporta todos los nutrientes en cantidades adecuadas para mantener el organismo en buen estado y asegurar un desarrollo correcto. Durante toda la vida, y específicamente durante el crecimiento, la dieta debe ser rica y variada para favorecer las comunicaciones entre neuronas.
La importancia de la dieta es tan importante que una correcta nutrición materna afecta positivamente al feto porque los estímulos experimentados en el medio intrauterino se recuerdan al nacer. Además, la buena alimentación y ejercicio físico durante la infancia cobra importancia en los periodos críticos, momentos sensibles para adquirir aprendizajes concretos sobre los que se asentarán aprendizajes futuros.
En concreto, un factor de riesgo para la promoción del aprendizaje en la infancia son las deficiencias alimentarias e higiénicas. Para seguir su ritmo de desarrollo el cerebro necesita específicamente glucosa, que se halla presente en los hidratos de carbono. Por lo tanto el desayuno es una comida fundamental para los escolares, que mejora su rendimiento. Además, durante la  vida y especialmente en la adolescencia, la regulación hormonal se ve favorecida por el consumo de ácidos grasos presentes en pescados, así como favorecen el sistema inmunológico, los ojos, las membranas celulares y las sinapsis entre neuronas, lo cual incide directamente sobre el aprendizaje. También los aminoácidos presentes en carnes, pescados, huevos y leche favorecen el aprendizaje al contribuir en la producción  de neurotransmisores y neuromoduladores, tan importantes en el proceso de mielinización.

¿¿QUÉ VAS A HACER PARA FAVORECER TUS APRENDIZAJES??

2 comentarios:

  1. ese tono azulito de los títulos...
    Yo estas cosas, cuando uno se pone con las sinapsis, los hipocampos, la plasticidad cerebral, pues me pierdo...

    Qué para mejorar las condiciones previas, contextuales y relativas al aprendizaje (tanto escolar como fuera de la escuela) conviene tener un entorno de personas que se ocupan y preocupan positivamente del chavea, que no hay que agobiarlo pero sí incentivarlo, que hay que dormir bien, hacer ejercicio y comer sanamente, pos claro, pos de acuerdo..

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  2. Te pierdes porque no lo lees despacito, pues está bien claro.
    Es cierto que los tonos azulitos no quedan muy bien.

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