martes, 27 de septiembre de 2011

La Vida Cotidiana de un Noble


Los privilegios sociales y de honor que sólo ostentaba la nobleza eran de muy diverso tipo. En España los nobles estaban exentos del cumplimiento de las leyes suntuarias que imponían austeridad en el vestido, pudiendo usar los más llamativos colores y adornos hechos con lazos, sedas y joyas. Llevar espada era en Francia (no así en España) distintivo de nobleza, negándose su uso al resto de la población. También lo era, en muchos países, la exhibición de escudos de armas, que exponían en sus carruajes y puertas de palacios, indicando la calidad de los moradores de la casa. Ocupaban lugares preferentes en desfiles y ceremonias públicas, acudían a los desfiles militares en lugar principal, disponían de enterramiento propio en lugares señalados dentro de las iglesias. Además, la nobleza no podía ser sometida a tortura, salvo casos excepcionales, no sufría prisión por deudas, y, si eran encarcelados su estancia en la cárcel era peculiar, no podía sufrir penas infamantes como azotes o remar en galeras, y, en caso de pena de muerte se aplicaba la decapitación, nunca la horca.


En cuanto a la mentalidad y formas de vida de la aristocracia, la vocación militar, aún viva en el siglo XVI, parece apagarse paulatinamente a lo largo de la Edad Moderna. La nobleza se hace cada vez más cortesana y de servicios, ocupando altos puestos en la administración o cercanos al rey y comenzando a alejarse de sus obligaciones militares.
El rechazo a la práctica del comercio y al ejercicio del trabajo manual constituía otro de los rasgos más sobresalientes de la mentalidad aristocrática. La nobleza era, por excelencia, un grupo ocioso que no trabajaba y que perdía su condición aristocrática si practicaba actividades mecánicas, se dedicaba al pequeño comercio o trabajaba las tierras con sus manos, en el caso de Francia y España. La legislación inglesa era, en cambio, más permisiva y no tan severa con el comercio, por lo que existía un mayor número de nobles ingleses dedicados al gran comercio. Pero en resumen, la nobleza era un grupo social rentista y terrateniente que vivía de la producción de los campesinos en sus señoríos. El tener tierras, no trabajar y dedicar todo el día al ocio era ser noble y este tipo de mentalidad impregnó en algunos países al conjunto de la sociedad.

Por su mentalidad orientada al gasto, los excesos en cacerías, banquetes, fiestas, teatros, ropas, joyas, viajes y regalos.... la nobleza podía tender a endeudarse. Para proteger los patrimonios familiares se crearon mayorazgos, por los que heredaba el 90% de las tierras y títulos el hijo mayor varón, y se vincularon las tierras a los apellidos de las familias, no pudiéndose vender. Se buscaba evitar la división de propiedades familiares entre herederos o su venta para saldar las deudas. El hijo mayor heredaba casi todo, por los hijos menores, los “secundones” solían entrar en el clero, en el ejército o emigrar a las Indias en el caso de España.


El fuerte grado de endogamia entre las familias nobles constituía otro de los rasgos típicos del comportamiento social de la nobleza. Aunque a veces había matrimonios entre nobles empobrecidos y burgueses ricos, por lo general los aristócratas rehuían las uniones desiguales y concertaban para sus hijos matrimonios con individuos de idéntica condición social. La nobleza se ligaba a la pureza de sangre, incluso la alta nobleza era de “sangre azul” estando emparentada con la realeza y siendo “primos” entre ellos.
Se prefería un hijo varón a una mujer por la continuidad del apellido y por la dificultad que suponía casar a las mujeres, que necesitaban una dote. El matrimonio era una cuestión de linaje, de sangre, de honor y de negocio, nunca era cuestión de amor y si no había dinero para la dote de todas las hijas, las “secundonas” ingresaban inmediatamente en el convento, que requería una dote mucho menor. Las mujeres de la nobleza disfrutaban del beneficio de su estamento, pudiendo asistir a espectáculos religiosos o lúdicos y viviendo con comodidad, pero era siempre muy vigiladas, controlando sus salidas y entradas para evitar el contacto con el otro sexo, al que se debía someter en todo momento (padre, hermanos y posterior marido) La única mujer que se casaba realmente joven en la Edad Moderna, en edad adolescente, era la mujer noble, entregándola sus padres a un matrimonio desigual, normalmente con un hombre noble algo o mucho mayor que ella, y orientándola hacia la maternidad, la castidad y la práctica de las buenas costumbres sociales. Además, el honor era fundamental en la forma de vivir de un noble, tanto es así que pocos nobles dudaban entre matar o morir por honor. La Edad Moderna es un periodo en el que es usual llevar armas en la vestimenta, por lo que ante cualquier situación que se considerara humillante o malentendido podía resultar espinosa, y, en este contexto, el honor de la mujer noble es el honor de la familia.


El modo de vida de la alta nobleza se atenía a un tren lujoso. Vivir conforme a su estado, lo que se consideraba como una obligación, implicaba no sólo observar unas pautas de comportamiento moral, sino también gastar con liberalidad en apariencia exterior (preocuparse del dinero era cosa de burgueses y campesinos) Ricos palacios, trajes lujosos, fastuosas fiestas cortesanas, monterías, mecenazgo artístico y literario eran, entre otros muchos, elementos que rodeaban habitualmente la vida de los nobles. Por su parte, la baja y media nobleza participaban de la mentalidad de la aristocracia y trataban de imitar, en la medida de sus posibles, sus refinadas pautas de comportamiento social. Es más, incluso otros grupos sociales como la alta burguesía imitaba este estilo de vida en algunos aspectos.


Moda del siglo XV

Moda del siglo XVIII



lunes, 26 de septiembre de 2011

Desarrollo Sostenible. Consumo Responsable


1.- Describe qué te sugieren las imágenes y la música. Cierra los ojos y piensa sobre ello, luego coge el bolígrafo y escribe algunas frases.

2.- ¿Qué idea crees que quiere transmitir el vídeo?


http://www.youtube.com/watch?v=kA08fprL3Mw

lunes, 19 de septiembre de 2011

Mens sana in corpore sano. Factores del aprendizaje

El aprendizaje ayuda a las personas a vivir su vida de forma más eficiente, y  conlleva desde el punto de vista fisiológico cambios en la estructura cerebral que son fruto de la interacción del ambiente con la genética particular del individuo. Aprendemos según somos (nuestra genética) y según el medio ambiente (cómo nos influye el exterior) Para que el aprendizaje se produzca es necesario combinar varios factores: una estimulación ambiental adecuada a la edad del sujeto, atención, regulación de las emociones y ambiente emocional idóneo, sueño adecuado y el tandem alimentación-ejercicio físico.

1.      Estimulación ambiental adecuada.
Los aprendizajes se producen ya desde el vientre materno pues, de hecho, los aprendizajes de luces y sombras, sabores, sonidos, olores... son recordados por el bebé al nacer, por lo que es fundamental la educación de las madres en su auto cuidado e higiene, vigilando su correcta nutrición, el nivel de hormonas, el consumo de sustancias psicoactivas, su nivel de estrés y su estilo general de vida. Una vez que el niño ha nacido, la estimulación ambiental más positiva para aprender proviene de las relaciones y juegos que el bebé establezca con los demás, aprendiendo el bebé modelos adecuados de desarrollo (habilidades motoras, atribución de intenciones en los demás, empatía, imitación...) de las personas de su entorno. La influencia de la televisión, videojuegos e Internet debe parcelarse y regularse para que se asiente sobre una base sólida de interacciones reales porque el mundo virtual se caracteriza por su pobreza en comparación con el real.
Para la promoción del aprendizaje en la infancia, el niño necesita relaciones sociales, oportunidades de juego e interacción con adultos e iguales, así como un clima familiar positivo, donde el niño es tenido en cuenta y escuchado. La aceptación de la diversidad en la vida (hay altos, bajos, negros, blancos...), la costumbre de proceder de lo simple a lo complejo (explicar las cosas poco a poco al niño), el entrenamiento en recibir instrucciones específicas (enseñar al niño a atarse los cordones, quitarse y guardar el abrigo...) y estrategias de recuerdo y repetición (canciones, nombres, números...), son actuaciones que pueden llevar a cabo padres y profesores.

2.      Atención.
El aprendizaje sólo se produce si las neuronas están activas y realizan sinapsis, es decir, si se comunican entre ellas.  Esta capacidad de comunicación neuronal es la base del aprendizaje, y sus infinitas oportunidades, la plasticidad cerebral, hace del cerebro un sistema en continuo cambio y desarrollo (podemos aprender un número casi infinito de cosas) Así, cada vez que se produce un aprendizaje particular se ha creado una ruta eficiente de comunicación entre neuronas.
En este contexto, la atención se define como el grado de activación presentado en un momento dado por un grupo de neuronas, que, a nivel general va fluctuando, pero, en general la atención no debe ser ni demasiado baja, ni demasiado alta (alerta de peligro) para poder aprender. Por otra parte, la atención selectiva, ligada a una red neuronal concreta, depende del interés de la persona, lo cual proviene tanto de los estímulos que ha recibido como de las metas personales del sujeto (ej. me interesa la moda y veo un desfile = presto atención)
Por lo tanto, es fundamental evitar el estrés intenso y el miedo pues provocan bloqueo mental, porque deterioran patrones abiertos y el pensamiento libre, son negativos para la memoria, y, si se perpetúan en el tiempo, deterioran incluso las neuronas del hipocampo. Pero sí es positivo conseguir un nivel de alerta propicio para el aprendizaje aunque esto es en ocasiones  complicado porque el currículo dista mucho de los intereses de los niños, y aún más de los adolescentes; para solventar este problema es muy efectivo explicar por qué es bueno o necesario aprender ciertas cosas así como intentar conectar el aprendizaje formal e informal, tratando temas del interés de los alumnos en el aula.


3.      Emociones.
Las emociones placenteras o desagradables se asocian a un determinado suceso cerebral, teniendo esto consecuencias claras en el aprendizaje pues se aprende aquello que tiene consecuencias positivas para el individuo. Dicho aprendizaje se explica por la liberación de dopamina en el córtex frontal y de neuropéptidos en los ganglios basales, que funcionan como una droga que proporciona claridad de pensamiento y sensación de bienestar. Por este proceso se refuerzan las sinapsis entre neuronas cuando las consecuencias son positivas, y también pueden reforzarse sinapsis cuando evitamos consecuencias negativas, pero el aprendizaje es mayor si la recompensa positiva supera la expectativa. Es decir, aprobar exámenes refuerza más el aprendizaje que suspenderlos.
Para potenciar el aprendizaje se ha de trabajar estimulando las neuronas que se relacionan con la gratificación: proporcionar al alumno y al hijo estímulos agradables (como premiar verbalmente los aciertos antes que castigar los fallos),  proporcionar reconocimiento y aprobación (potenciando el sentido de grupo, aceptando al alumno/hijo como es, etc.) y proporcionar situaciones para experimentar el fenómeno eureka (dar sentido a la información que se recibe en un patrón ya existente proporciona agrado) por lo que es importante apoyarse en lo que ya conoce el alumno para avanzar en el aprendizaje, pedirle cosas que es capaz de hacer e ir avanzando lentamente hacia tareas más complejas.
También es muy importante educar para la autorregulación de emociones. Nos referimos en concreto al entrenamiento en saber demorar la gratificación y afrontar la frustración y el estrés, relacionados ambos con el rendimiento académico y la capacidad de concentración y perseverancia (por ejemplo educar a los hijos a no tener lo que desean siempre de forma totalmente inmediata es bueno, educar en saber esperar, en esforzarse por conseguir el premio, en no enfadarse cuando los planes no salen como ellos quieren...) Además, una escala de valores clara se puede ir conformando en la adolescencia, no antes, pues los valores se relacionan con las neuronas del córtex prefrontal que se desarrolla más tardíamente que otras partes del cerebro. Sólo a partir de la adolescencia se pueden establecer valores cada vez más abstractos y relacionados con la postergación de la gratificación (como el placer experimentado con la solidaridad, en ayudar a un amigo, en cuidar a los abuelos, etc)
Una escala de valores positiva y adaptativa es una buena baza para el aprendizaje si se liga con  la motivación o predisposición a la acción resultante de una emoción. Es decir, apreciar el conocimiento, el aprendizaje, es un buen impulso para conseguirlo.

4.      Sueño.
El sueño es un estado específico del cerebro caracterizado por la inhibición de los sistemas de alerta, siendo fundamental para la restauración de las funciones corticales, para el bienestar y en definitiva para la vida. El tradicional dicho “consultarlo con la almohada” se hace realidad porque el sueño ayuda a consolidar aprendizajes y reorganizarlos en los esquemas previos, revalorarlos emocionalmente, producir aprendizajes nuevos y su integración en el sistema global. Sin las horas de sueño adecuadas a las necesidades de cada edad, decaen mucho las posibilidades de aprendizaje.

5.      Alimentación y ejercicio físico.
El cerebro, como el resto del cuerpo, necesita oxígeno, agua y nutrientes para su desarrollo y supervivencia. El ejercicio físico y el deporte mejoran la salud y calidad de vida, aportando una serie de beneficios a nivel físico, psíquico y socioafectivo. Desde el punto de vista físico destaca la prevención de enfermedades coronarias y la eficacia respiratoria, favoreciendo la respiración; desde el punto de vista psíquico elimina el estrés, tiene efectos antidepresivos y contribuye a regular el sueño, y, socialmente canaliza la agresividad, favorece y mejora la autoestima, el esfuerzo y el autocontrol, así como propicia el contacto con otras personas. En definitiva, el deporte favorece la atención y los mecanismos de recompensa, tan importantes para el aprendizaje
En cuanto a la alimentación, una dieta equilibrada es la que aporta todos los nutrientes en cantidades adecuadas para mantener el organismo en buen estado y asegurar un desarrollo correcto. Durante toda la vida, y específicamente durante el crecimiento, la dieta debe ser rica y variada para favorecer las comunicaciones entre neuronas.
La importancia de la dieta es tan importante que una correcta nutrición materna afecta positivamente al feto porque los estímulos experimentados en el medio intrauterino se recuerdan al nacer. Además, la buena alimentación y ejercicio físico durante la infancia cobra importancia en los periodos críticos, momentos sensibles para adquirir aprendizajes concretos sobre los que se asentarán aprendizajes futuros.
En concreto, un factor de riesgo para la promoción del aprendizaje en la infancia son las deficiencias alimentarias e higiénicas. Para seguir su ritmo de desarrollo el cerebro necesita específicamente glucosa, que se halla presente en los hidratos de carbono. Por lo tanto el desayuno es una comida fundamental para los escolares, que mejora su rendimiento. Además, durante la  vida y especialmente en la adolescencia, la regulación hormonal se ve favorecida por el consumo de ácidos grasos presentes en pescados, así como favorecen el sistema inmunológico, los ojos, las membranas celulares y las sinapsis entre neuronas, lo cual incide directamente sobre el aprendizaje. También los aminoácidos presentes en carnes, pescados, huevos y leche favorecen el aprendizaje al contribuir en la producción  de neurotransmisores y neuromoduladores, tan importantes en el proceso de mielinización.

¿¿QUÉ VAS A HACER PARA FAVORECER TUS APRENDIZAJES??

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Cuestionario sobre motivación

Dedica unos minutos a pensar en cómo eres como estudiante... ¿sabes decir por qué estudias?, ¿es sólo una obligación?, ¿es algo agradable?, ¿de qué depende que estudies?



CUESTIONARIO SOBRE MOTIVACIÓN

N
CUESTIONES
1
2
3
4
5
1
Cuanta más materia nos dan en clase, mejor, así mi formación será más completa.





2
Para mí es más importante saber que soy una persona eficaz en mi trabajo que sacar buenas notas sin merecerlo.





3
Generalmente estudio y leo más cosas de las que me dan en clase, pues siento curiosidad por aprender.





4
Si hay algo que no entra en el examen y es importante para mi formación, suelo interesarme por ello y lo estudio.





5
Prefiero que los profesores me exijan mucho, así mi satisfacción es mucho mayor cuando supero las pruebas de evaluación.





6
Me gusta el estudio por sí mismo, sin pensar en lo que trae consigo.





7
Estudio por curiosidad, no sólo por sacar buenas notas.





8
No me dejo influir por mis compañeros en mi organización del estudio, sino que soy yo el que me organizo personalmente.





9
No necesito que haya gente conmigo estudiando, o que vea a los demás estudiar, para que yo estudie.





10
Soy estudiante porque lo quiero realmente, no porque me obliguen mis padres.





11
Me motivan las cuestiones de estudio relativamente difíciles, pues así puedo mostrar mi capacidad.





12
Estudio porque disfruto estudiando, sin pensar sólo en sacar un título que me de dinero y prestigio social.





13
Estudio para ser el que más cosas conoce de la clase, no sólo por el mero hecho de ser el “empollón” de la clase.





14

Cuando están explicando algo en clase y no lo entiendo, me preocupo de preguntar al profesor.





15
Estudio por aprender muchas cosas, no sólo pensando en satisfacer lo que esperan de mí mis padres o mis profesores.





Número total de respuestas. Para calcularlas se multiplican las obtenidas en la columna 1 x 1, en la columna 2 x 2, en la columna 3 x 3, en la 4 x 4, y en la 5 x 5.





SUMA TOTAL




¡Mañana en clase hablaremos de los resultados y qué puedes hacer para mejorar tu motivación!

lunes, 12 de septiembre de 2011

Bienvenidos

¡¡Hola a todos!!
Estoy dispuesto a ayudaros este año a estudiar Ciencias Sociales. Seré un blog muy práctico donde podrás encontrar:
  • Apuntes de la asignatura.
  • Ejercicios de repaso.
  • Orientaciones para hacer los exámenes.
  • Cómo estudiar la asignatura.
  • Indicaciones para los trabajos.
  • ¡Y todo lo que me pidas!
Piensa... ¿en qué te puedo ayudar?