
Los bienes y servicios pueden ser públicos o privados. Una casa o un coche son bienes particulares o privados porque la propiedad es de la persona, o de grupos de personas, que la ha adquirido con su dinero, pudiéndole dar el uso que quiera siempre y cuando respete la ley. En cambio, hay otros bienes que son públicos como una carretera, un hospital o la red eléctrica: se han construido con el dinero de todos y todos tenemos derecho a utilizarlos. Con respecto a los servicios, éstos pueden ser también públicos o privados: hay hospitales, escuelas, bibliotecas, autobuses, etc., que son propiedad del Estado y otros que son propiedad de personas o entidades particulares.

Pero es un gran error pensar que los servicios públicos, por el hecho de ser todo el mundo, no son de nadie. Justo porque son de todos hay que cuidarlos mejor porque tenemos la responsabilidad cívica de permitir que los disfruten otras personas, al igual que nos gusta disfrutarlos a nosotros. Admeás, conviene considerar que los bienes comunes no son sólo objetos, también lo son el patrimonio natural, cultural, históricos, etnográfico...
La principal fuente de recursos económicos del Estado son los impuestos: el dinero que, según la ley, los ciudadanos han de pagar al Estado para contribuir al gasto público.

Después del sufrimiento que originó la Segunda Guerra Mundial (1939-45), se generalizó en los países de Europa Occidental el Estado del Bienestar o Estado Social, según el cual el Estado grantiza a toda la población un nivel mínimo de ingresos y servicios sociales, a fin de que, en caso de enfermedad, vejez o pérdida del puesto de trabajo, las personas que no se queden sin recursos ni asistencia. Todos estos servicios se realizan a través de la Seguridad Social que se financia también con la aportación de los ciudadanos, a través de una retención que las empresas hacen del sueldo de sus trabajadores. Las prestaciones más frecuentes son la prestación médica, el subsidio de paro, la pensión de jubilación, la pensión por invalidez y la pensión por viudedad u orfandad.
Esta intervención del Estado no ha ocurrido siempre ni se practica en todas partes. De hecho, países tan importantes como EEUU, Canadá o Japón carecen de Seguridad Social, debiendo recurrir los ciudadanos, si es que pueden, a seguros privados. Incluso con la actual crisis económica podemos decir que el Estado del Bienestar se está viendo sometido a muchas críticas en los países de Europa Occidental.
Más información sobre el Estado del Bienestar...
¿Quiéres saber en cómo se distribuyen los impuestos en el Estado Español? ¡Observa éste interesante enlace!
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